Infinitas emociones en el Gran Sur
Hay que hacerlo al menos una vez en la vida, ya sea mediante un
confortable circuito organizado, de manera más deportiva
en todoterreno, a pie o en dromedario.
Zagora
Saliendo de Ouarzazate, el valle del Draa desciende hacia el Sur
dibujando un oasis estrecho de más de 200 km. De entre
los pueblos que se atraviesan están
Zagora y su célebre panel: «Tombuctú, 52 días» que suele ser el
punto de partida para descubrir el Gran Sur. Donde el Draa forma un
codo para continuar su curso hacia el Oeste, se elevan las dos
primeras dunas, una idea de lo que representa el desierto. En jaimas,
pasará la noche bajo las estrellas e iniciará una aventura
inolvidable.
Tinghir
Esta ciudad en terrazas está construida al salir de las célebres
gargantas del Todra y de sus despeñaderos de 250 m
de altura en pleno paisaje de
contrastes, donde se mezclan el desierto pedregoso con las montañas,
los oasis frondosos
y los palmerales. Al Oeste de Tinghir,
subiendo por el valle del Dades hacia Ouarzazate, se atraviesa
Kelaat M'Guna, el valle de las rosas donde se cultiva y destila esta
flor y se celebra una fiesta en su honor cada primavera en un famoso
mussem.
Tafilalt
Al Este de Tinghir se erige la ciudad de Er-Rashidia, antigua ciudad
de guarnición y capital del Tafilalt, el mayor oasis
del Sáhara marroquí que se extiende
alrededor del río Ziz. Rumbo al Sur y 20 km más lejos, el manantial
azul de Meski alimenta un vasto palmeral y un estanque, un lugar
encantador propicio para el baño. Todavía más al Sur, Erfud es el
punto
de partida hacia las dunas de Erg
Chebbi. Al final de la calle principal, se acaba la carretera
asfaltada y empieza una larga serie de dunas que anuncian el
desierto. La más alta, Merzuga, puede alcanzar los 150 metros de
alto. Es aquí donde dicen que se puede asistir a uno de los
amaneceres más hermosos del mundo. Incluso el pueblo del mismo
nombre acoge cada año el festival de músicas del desierto, en el que
se reúnen grupos de música y danza de varios países, testimonio
embriagador
de la universalidad de las emociones que
produce el desierto. Una ocasión para sentir la magia que desprenden
las músicas del desierto.
Recordar.
Dunas de arena de gargantas exuberantes... sucumba a la llamada del
Gran Sur. |